El pescado y sus beneficios!!

Comer pescado sólo una vez al mes puede reducir en 40 por ciento el riesgo de derrames en un hombre, encontró un estudio.
Los ácidos polinsaturados omega 3 en el pescado previenen la formación de coágulos sanguíneos, la clase que sucede cuando un coágulo bloquea una arteria, según un reporte en la edición actual de "Journal of the American Medical Association".
Una cantidad de estudios ha documentado los efectos beneficiosos de comer pescado para la prevención de cardiopatía, pero esto es sólo uno de los pocos que examina los efectos en derrames.


La información proviene del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud, que ha estudiado más de 43,000 hombres en 12 años, y que hace crónicas sobre sus hábitos dietéticos y enfermedades. Se encontró un 43 por ciento de reducción en derrames para los hombres quienes comieron de una a tres comidas de pescado al mes en comparación con quienes no ingirieron pescado.

"No estábamos sorprendidos de encontrar que añadir pescado a la dieta de alguien sería beneficioso", agregó. "Pero estábamos sorprendidos de ver cómo pequeñas cantidades de pescado y ácidos grasos omega, ingeridos con regularidad, pueden reducir significativamente el riesgo de derrames isquémicos en hombres. El mensaje es claro para los hombres: incorpora el pescado, aunque sea langosta, atún o salmón enlatados, en la dieta y reduzcan el riesgo de derrames".

El tipo de pescado que se come es importante. Pescado de carne ligera, tal como el rodaballo o la pescadilla, tienen niveles más bajos de ácidos grasos omega 3 en comparación son el pescado de carne oscura tal como el salmón, la caballa, el bluefish o las sardinas. Además cenas congeladas que contengan pescado pueden estar preparadas con muchas grasas saturadas y ácidos transgrasos.

 

  • El pescado protege el corazón y las arterias
    A diferencia de otros alimentos de origen animal, el pescado contiene ácidos grasos poliinsaturados en cantidades comprendidas entre un 25%-45% en los pescados, de un 40%-50% en los crustáceos y de un 30%-45% en los bivalvos (porcentajes referidos a ácidos grasos totales). Entre ellos se encuentran el ácido linoleico, de la familia omega-6 y los ácidos EPA (eicosapentanoico) y DHA (docosahexanoico), de la familia omega-3. El pescado también contiene ácidos grasos monoinsaturados y, en menor proporción, saturados.
    Los pescados, y en especial algunos mariscos (crustáceos, calamares y similares), poseen cantidades significativas de colesterol, localizado principalmente en el músculo, el bazo y sobre todo en el hígado. No obstante, estos alimentos no aumentan los niveles de colesterol en sangre, a diferencia de otros alimentos ricos en colesterol, gracias a su elevada proporción de grasas insaturadas.
    Los ácidos grasos poliinsaturados, en concreto los omega-3, son los responsables de muchas de las propiedades saludables que presentan los pescados azules. De hecho, están relacionados con la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares.
    En la mayor parte de los casos, estas dolencias aparecen como consecuencia de la existencia de aterosclerosis, enfermedad en la que las grasas (principalmente colesterol), se van depositando en las paredes de las arterias haciendo que su diámetro disminuya, pierdan elasticidad y la cantidad de sangre que circula por ellas sea cada vez menor y lo haga con mayor dificultad, lo que puede llegar a provocar obstrucción de las arterias. El consumo de pescado para la prevención cardiovascular deriva de su riqueza en omega-3, sustancias capaces de aumentar el HDL o "buen colesterol" y reducir el LDL-c o "mal colesterol", así como el colesterol total y los triglicéridos sanguíneos.
    A partir de los ácidos grasos omega-3 se producen en el cuerpo unas moléculas llamadas prostraglandinas que tienen, entre otras, las siguientes propiedades: impiden la formación de sustancias inflamatorias, tienen acción vasodilatadora, inhiben la formación de coágulos o trombos, contribuyen a reducir los lípidos sanguíneos (colesterol y triglicéridos) y regulan la presión arterial. Todo esto se traduce en una reducción del riesgo de aterosclerosis, trombosis e hipertensión. La cantidad recomendable para obtener dichos beneficios sería de entre 2 y 3 gramos semanales de ácidos grasos omega-3. Eso corresponde a tomar pescado azul de una a tres veces a la semana.

  • Propiedades antiinflamatorias
    El consumo de pescado azul puede resultar beneficioso para aliviar los síntomas de enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide. A partir de los ácidos grasos omega-3, presentes en estos pescados, se forman sustancias de acción antiinflamatoria llamadas prostaglandinas. Según algunos estudios, una dieta rica en ácidos grasos omega-3, principalmente EPA, y antioxidantes podría mitigar la inflamación.

  • Prevención de diabetes
    En un reciente estudio epidemiológico, publicado por autores canadienses y realizado en 41 países de los cinco continentes, se observó que la prevalencia de la diabetes mellitus no dependiente de la insulina y acompañada de obesidad es significativamente más alta en países con un consumo de pescados más bajo que en aquellos en los que se consume pescado de forma habitual.

  • Prevención de cáncer
    Existen muchos trabajos publicados que relacionan la aparición de cáncer con hábitos alimentarios poco saludables. Parece que el consumo de una dieta prudente en la que se incluyen frutas, hortalizas y verduras, cereales y pescados está relacionado con una menor prevalencia de esta enfermedad.
    Algunos trabajos parecen relacionar el consumo de ácidos grasos omega-3 con un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como pueden ser el cáncer de mama, próstata, páncreas y colon. Hay estudios que parecen respaldar la evidencia de que la administración de los ácidos grasos omega-3 eicosapentanoico (EPA) y docosahexanoico (DHA) puede reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata. En cualquier caso, son necesarios más investigaciones antes de poder constatar, de forma concluyente, el papel de los ácidos grasos de pescado en la prevención de esta enfermedad